El coronavirus se propaga y la única manera de vencerlo de momento es seguir las recomendaciones sanitarias que nos obligan a aislarnos durante al menos 15 días.
Debemos ser conscientes y prevenir las consecuencias psicológicas que puede llegar a provocar en nosotros esta situación excepcional, sobre todo si se prolonga en el tiempo.
A medida que los días pasen percibiremos más profundamente alterada nuestra vida y muchos de nosotros podremos sentir decaer nuestro estado de ánimo o experimentar momentos de ansiedad y estrés por la falta de contacto habitual con las personas y el exterior.
«Debemos estar preparados para que esta situación no nos deje secuelas producidas por la ansiedad y el estrés de la convivencia familiar o la soledad no deseada»
Sentimientos como la frustración, el enfado, el aburrimiento, el miedo y la desesperanza pueden estar presentes en este proceso y sus efectos pueden aparecer durante el tiempo que estemos recluidos.
Está claro que cada uno de nosotros tendrá una experiencia diferente que dependerá de múltiples circunstancias, como el tamaño de nuestras casas, si ya trabajábamos en casa de forma puntual, si estamos o no acompañados de algún familiar, amigo o compañero de piso… Para todos será un cambio muy importante que podremos sobrellevar mejor si prestamos un poco de atención a determinados aspectos de nuestra nueva «vida cotidiana».
Cuidar y cuidarse más que nunca
Este momento que estamos viviendo puede ser una oportunidad para darnos cuenta de que podemos seguir cuidándonos y cuidar de nuestro entorno social.
No es momento de perder energías lamentándonos ni pensando en un futuro incierto que afrontaremos cuando toque, no ahora.
No podemos tocarnos o quedar para tomar una cerveza, pero podemos hacer muchas otras cosas que nos hagan sentir bien a nosotros mismos y a los demás.

«No dejes de lado el aseo personal, vístete de forma habitual, incluso maquíllate si es lo que haces a diario»
Trata de mantener tus rutinas y cuidado personal.
Sobre todo para las personas que no están acostumbradas a trabajar desde casa el orden lo es todo en estos momentos. Trata de levantarte a la misma hora de siempre o a una hora prudente si tu circunstancia lo permite.
No dejes de lado el aseo personal, vístete de forma habitual, incluso maquíllate si es lo que haces a diario.
Se consciente de que más horas en casa pueden llevarte a cierto caos alimenticio, trata de no asaltar la nevera y mantente ocupado.
Haz ejercicio con regularidad. A lo mejor es un buen momento para recuperar una rutina que abandonaste por falta de tiempo o ganas. ¡Nunca se sabe!
Trata de tener un sueño de calidad. Acuéstate a horas prudentes y duerme al menos 7h u 8h.
Aprovecha el buen tiempo, aunque sea desde tu ventana o balcón. Trata de tomar el sol al menos 15 minutos al día.
Si convives en un núcleo familiar y tienes niños y jóvenes a tu cargo, introdúceles en tu rutina. No se trata de que os pongáis más normas que nunca, sólo de que con tranquilidad y sosiego establezcáis unas básicas para todos.
Mantén la conexión con los demás
Ponte en contacto real con las personas. Mantente en contacto con tus familiares, amigos o conocidos. Habla con tus compañeros de trabajo con regularidad y si estás solo, participa en grupos de conversación activos dónde puedas hablar y escuchar activamente lo que quieran contarte. Te sentirás bien, más acompañado y apoyado y harás sentir bien a los demás.
Aprovecha para hablar de otras cosas
No hay que hablar constantemente del coronavirus ¿verdad? No nos ayuda repasar los hechos si eso no cambia nuestra circunstancia. ¿Qué tal si cambiamos de tema? Todos tenemos algo que nos gusta o apasiona. Dediquemos tiempo a hablar de otras cosas. Hay miles de opciones por descubrir.
Y si estar informado es para ti condición indispensable, dedica sólo unos minutos al día a hacerlo. Busca una fuente fiable e intenta que ese no sea el único tema de conversación familiar.
Conócete mejor a ti mismo y atiende tus necesidades
Siempre nos quejamos de que no tenemos tiempo, y aunque no es del todo cierto, ahora sería un buen momento para dedicar ese tiempo que nos suele faltar a lo que más nos gusta.
· Cocina algo especial.
· Toma un baño caliente. Esto te relaja y te conecta con tu cuerpo.
· Si lo que te gusta es leer, busca ese momento para recuperar aquella novela que compraste hace tiempo y que aún no has empezado.
· Escucha música.
En definitiva pasa tiempo contigo mismo redescubriendo la satisfacción de disfrutar también no haciendo NADA.

«Quedarse en casa ya es una acción solidaria en este caso, pero si quieres aportar más, colaborar con el entorno también puede sacarnos de la preocupación y trasladarnos a un estadio de utilidad y bienestar»
Pon orden y relájate
Es el momento de ordenar los armarios. Hacer limpieza o sacar la ropa de verano.
Poner orden es una tarea relajante que genera satisfacción. La limpieza y el orden físico nos ayudarán a ordenar y tranquilizar nuestra mente.
Recupera espacios comunes en familia
Vamos a tratar de recuperar espacios comunes. ¿Cómo? pues proponiendo actividades que podamos hacer juntos.
Un juego de mesa, un pastel, un puzzle, una actividad manual o involucrar a los más pequeños de la casa en las tareas cotidianas puede convertirse en un tiempo en familia muy valioso y gratificante.
Si tu circunstancia es diferente y estás solo en casa, propón a tus amigos, familiares o compañeros de trabajo tertulias o juegos colectivos. Organiza quedadas on-line para amenizar tus tardes y noches. La tecnología puede ser una aliada.
Recupera espacios comunes en familia
Quedarse en casa ya es una acción solidaria en este caso, pero si quieres aportar más, colaborar con el entorno también puede sacarnos de la preocupación y trasladarnos a un estadio de utilidad y bienestar.
Ayuda en la medida de lo posible a las personas de tu entorno o participa con alguna iniciativa que te atraiga. En estos casos surgen muchas opciones y si lo deseamos siempre podemos dedicar tiempo y esfuerzo de forma altruista.
En definitiva, trata de adquirir buenos hábitos, mantener el contacto con las personas, aunque sea a distancia, reconocer tus emociones y no perder la calma.
Aprovecha este momento para descansar y relajarte. Y sobre todo mantén una actitud optimista, objetiva y solidaria con lo que sucede a tu alrededor.
Esto pasará y seguro que si lo afrontamos de la mejor manera posible será una experiencia que nos fortalecerá ante el futuro.

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