Vivimos en una época en la que son cada vez más frecuentes artículos, series o documentales en los que el elemento estrella es la inteligencia artificial. Y en gran parte de ellos se analiza cómo de cerca están las máquinas en alcanzar la inteligencia del ser humano.
De hecho, uno de los exámenes más utilizados históricamente en este análisis, el Test de Turing, consiste en comprobar si seríamos capaces de distinguir una máquina de un ser humano en base a las respuestas a una batería de preguntas.